
El Bicentenario y la historia de moda
written by redaccion on Sunday, March 21 2010
Pasado de Moda 1810-2010 es el nombre del evento que el pasado 19 de mazo reunió en una misma pasarela a 13 de los más talentosos diseñadores locales (que en realidad serían 15). Laura Valenzuela, Cecilia Gadea, Mónica Socolovsky, Marcelo Senra, Vicki Otero, Pablo Ramírez, Camila Milessi y Emiliano Blanco para Kostüme, Nadine Zlotogora, Vero Ivaldi, Mariana Dappiano, Araceli Pourcel y los Hermanos Estebecorena tuvieron la tarea de recrear, fieles a sus estilos, la moda en Argentina desde 1910 a la actualidad. ¿La razón? La celebración de los doscientos años de independencia de la República Argentina. Un desfile maravilloso que permitió a los presentes admirar la gran capacidad creativa de éstos diseñadores. Y como si no faltara talento sobre el escenario, durante todo el desfile pudimos disfrutar la Orquesta Hypnofon dirigida por Alejandro Terán, la cuál nos fue ubicando en tiempo y espacio figurado en cada década representada.
El inicio del desfile estuvo en manos de Laura Valenzuela quien recrearía la década de 1910 inspirada en la Belle Epoque con etéreos y lánguidos vestidos en tonos pálidos con bordados y tocados de plumas muy similares a las ilustraciones de mujeres del Art Nouveau.
Seguiría Cecilia Dapiano con el año 1920 y los vestidos flapper propios de la época, en los que sustituyó los infaltables flecos por sus característicos calados a láser. Las figuras geométricas superpuestas en capas de tiras de tela calada nos hablarían del Art Deco. Cubriendo la segunda mitad de la década, Mónica Scolovsky trajo a la pasarela a chicas traviesas durante los carnavales de la alta sociedad porteña. Vestidos bordados con piedras y canutillos, antifaces, plumas y una silueta anatómica fueron una muestra de aquellos años locos.
1930 y el glamour de los años dorados fueron el puntapié para Marcelo Senra. Un estilo que para cualquiera parecería extraño para este diseñador tan entusiasta de la moda indigenista; y que, sin embargo, hiciera una pasada exquisitamente lograda. Senra diseñó hermosos vestidos greco-romanos, con muchos drapeados en el color distintivo del papel crudo (material con el que suele trabajar), capas superpuestas y bordados con piedras muy similares a los trabajos aborígenes.
La silueta se recrudece con la llegada de los años ’40 y quien, sino Vicki Otero, pudiera recrear ésta década con su impecable sastrería. Hermosos sacos y talleres con reminiscencia militar, austeros, severos y arquitectónicos mostraron lo bien que ésta diseñadora domina el oficio.
Llegamos a la mitad del siglo, mitad del espectáculo y tiramos la casa por la ventana. En pasarela están los diseños de Pablo Ramírez, el más ovacionado de la noche, y como no serlo si para 1950 Ramírez unió a Dior y a Evita. Ampulosas crinolinas serían las vedettes junto con chaquetas cortas más similares al Dior de Galliano. La paleta, obviamente en blanco y negro como todas las creaciones de Ramírez. El broche de oro sería un inmaculado vestido blanco con la bandera argentina como banda ¡Es Evita y está en la pasarela señores!
El quiebre para tal momento de éxtasis lo dio Kostüme con la década del ‘60, nuevamente con su rombo desfragmentado (no se si la insistencia en el tema es una búsqueda de identidad de marca o un recurso ya desgastado) con un estilo entre Courrèges y La Fábrica de Andy Warhol.
Es 1970, el Flower Power se respira en el aire y son los diseños Folk de Nadine Zlotogora en pasarela. El verano del amor abre el desfile con una novia cubierta de flores de tela y a continuación coloridos diseños que mezclan el patchwork, tejido artesanal y mucha onda Hippie.
La década del ’80 comienza en el año 1983, inicio de la democracia y de la moneda Austral. Vero Ivaldi coloca en sus prendas volumétricas estampados con el símbolo del austral, lo que hacen parecer a sus diseños un interesante trabajo de origami en tela. De fondo la orquesta interpreta “Raros peinados nuevos” de Charly García y el público vuelve a enloquecer. Es 1986, Mariana Dappiano pone sobre la pasarela sus cinco modelos masculinos caminando erráticamente al son del ska. Representan la movida Parakultural, el espíritu libre y rebelde de los jóvenes en democracia, jumpsuits y trajes rasgados con texturas sobre la tela dan un look un poco punk, un poco gótico.
A estas alturas del desfile ya había ánimos de fiesta y la cumbia de la cantante Gilda sube la apuesta con los diseños de Araceli Pourcel cargados del exceso de los años ‘90 y los populares viajes a Miami. Divertidos mini vestidos con grandes apliques de iconografía latina y alborotadas cabelleras con demasiada laca se mofan de una década generalmente descrita como nefasta por cualquier argentino.
Si de momentos históricos nefastos hablamos, principios del 2000, el Y2K, la caída de las Torres Gemelas y “El Corralito” darían razones para la depresión; pero no, los Hermanos Estebecorena se lo toman con humor y retratan la época con un acortamiento de la sastrería masculina, iniciando con un circunspecto flux que va encogiéndose hasta terminar en un equipo de short, chaqueta y camisa manga corta con una diminuta corbata… ah claro y valija en mano para huir a tierras mejores o guardar los ahorros fuera de los bancos. Nuevamente el público enloquece y aplaude a carcajadas la humorada.
Para el Gran Finale, 2010. Mirando al futuro, cada diseñador presenta un modelo de su última colección. DJ Zucker y La Bomba de Tiempo suenan de fondo y sobre el escenario se apretujan los quince diseñadores junto a sus seis modelos para ser aplaudidos a rabiar por un público más que satisfecho de ver un buen desfile gratuito y al aire libre en medio del Rosedal de Palermo.
written by redaccion on Sunday, March 21 2010
Pasado de Moda 1810-2010 es el nombre del evento que el pasado 19 de mazo reunió en una misma pasarela a 13 de los más talentosos diseñadores locales (que en realidad serían 15). Laura Valenzuela, Cecilia Gadea, Mónica Socolovsky, Marcelo Senra, Vicki Otero, Pablo Ramírez, Camila Milessi y Emiliano Blanco para Kostüme, Nadine Zlotogora, Vero Ivaldi, Mariana Dappiano, Araceli Pourcel y los Hermanos Estebecorena tuvieron la tarea de recrear, fieles a sus estilos, la moda en Argentina desde 1910 a la actualidad. ¿La razón? La celebración de los doscientos años de independencia de la República Argentina. Un desfile maravilloso que permitió a los presentes admirar la gran capacidad creativa de éstos diseñadores. Y como si no faltara talento sobre el escenario, durante todo el desfile pudimos disfrutar la Orquesta Hypnofon dirigida por Alejandro Terán, la cuál nos fue ubicando en tiempo y espacio figurado en cada década representada.
El inicio del desfile estuvo en manos de Laura Valenzuela quien recrearía la década de 1910 inspirada en la Belle Epoque con etéreos y lánguidos vestidos en tonos pálidos con bordados y tocados de plumas muy similares a las ilustraciones de mujeres del Art Nouveau.
Seguiría Cecilia Dapiano con el año 1920 y los vestidos flapper propios de la época, en los que sustituyó los infaltables flecos por sus característicos calados a láser. Las figuras geométricas superpuestas en capas de tiras de tela calada nos hablarían del Art Deco. Cubriendo la segunda mitad de la década, Mónica Scolovsky trajo a la pasarela a chicas traviesas durante los carnavales de la alta sociedad porteña. Vestidos bordados con piedras y canutillos, antifaces, plumas y una silueta anatómica fueron una muestra de aquellos años locos.
1930 y el glamour de los años dorados fueron el puntapié para Marcelo Senra. Un estilo que para cualquiera parecería extraño para este diseñador tan entusiasta de la moda indigenista; y que, sin embargo, hiciera una pasada exquisitamente lograda. Senra diseñó hermosos vestidos greco-romanos, con muchos drapeados en el color distintivo del papel crudo (material con el que suele trabajar), capas superpuestas y bordados con piedras muy similares a los trabajos aborígenes.
La silueta se recrudece con la llegada de los años ’40 y quien, sino Vicki Otero, pudiera recrear ésta década con su impecable sastrería. Hermosos sacos y talleres con reminiscencia militar, austeros, severos y arquitectónicos mostraron lo bien que ésta diseñadora domina el oficio.
Llegamos a la mitad del siglo, mitad del espectáculo y tiramos la casa por la ventana. En pasarela están los diseños de Pablo Ramírez, el más ovacionado de la noche, y como no serlo si para 1950 Ramírez unió a Dior y a Evita. Ampulosas crinolinas serían las vedettes junto con chaquetas cortas más similares al Dior de Galliano. La paleta, obviamente en blanco y negro como todas las creaciones de Ramírez. El broche de oro sería un inmaculado vestido blanco con la bandera argentina como banda ¡Es Evita y está en la pasarela señores!
El quiebre para tal momento de éxtasis lo dio Kostüme con la década del ‘60, nuevamente con su rombo desfragmentado (no se si la insistencia en el tema es una búsqueda de identidad de marca o un recurso ya desgastado) con un estilo entre Courrèges y La Fábrica de Andy Warhol.
Es 1970, el Flower Power se respira en el aire y son los diseños Folk de Nadine Zlotogora en pasarela. El verano del amor abre el desfile con una novia cubierta de flores de tela y a continuación coloridos diseños que mezclan el patchwork, tejido artesanal y mucha onda Hippie.
La década del ’80 comienza en el año 1983, inicio de la democracia y de la moneda Austral. Vero Ivaldi coloca en sus prendas volumétricas estampados con el símbolo del austral, lo que hacen parecer a sus diseños un interesante trabajo de origami en tela. De fondo la orquesta interpreta “Raros peinados nuevos” de Charly García y el público vuelve a enloquecer. Es 1986, Mariana Dappiano pone sobre la pasarela sus cinco modelos masculinos caminando erráticamente al son del ska. Representan la movida Parakultural, el espíritu libre y rebelde de los jóvenes en democracia, jumpsuits y trajes rasgados con texturas sobre la tela dan un look un poco punk, un poco gótico.
A estas alturas del desfile ya había ánimos de fiesta y la cumbia de la cantante Gilda sube la apuesta con los diseños de Araceli Pourcel cargados del exceso de los años ‘90 y los populares viajes a Miami. Divertidos mini vestidos con grandes apliques de iconografía latina y alborotadas cabelleras con demasiada laca se mofan de una década generalmente descrita como nefasta por cualquier argentino.
Si de momentos históricos nefastos hablamos, principios del 2000, el Y2K, la caída de las Torres Gemelas y “El Corralito” darían razones para la depresión; pero no, los Hermanos Estebecorena se lo toman con humor y retratan la época con un acortamiento de la sastrería masculina, iniciando con un circunspecto flux que va encogiéndose hasta terminar en un equipo de short, chaqueta y camisa manga corta con una diminuta corbata… ah claro y valija en mano para huir a tierras mejores o guardar los ahorros fuera de los bancos. Nuevamente el público enloquece y aplaude a carcajadas la humorada.
Para el Gran Finale, 2010. Mirando al futuro, cada diseñador presenta un modelo de su última colección. DJ Zucker y La Bomba de Tiempo suenan de fondo y sobre el escenario se apretujan los quince diseñadores junto a sus seis modelos para ser aplaudidos a rabiar por un público más que satisfecho de ver un buen desfile gratuito y al aire libre en medio del Rosedal de Palermo.